Gandalf es un héroe magníficamente interpretado por Ian McKellen en El señor de los anillos de Peter Jackson. No importa si está orquestando aventuras para matar dragones como un mago gris o restaurando a reyes exiliados como uno blanco. El tipo sabe cómo dar un paso al frente y salvar el día. Desde la interminable serie de citas memorables de Gandalf hasta la apariencia icónica del Mago, el personaje muestra constantemente coraje, sabiduría y compasión.
Sin embargo, eso no significa que sea perfecto. Por el contrario, hay muchos momentos en los que la actitud brusca, la reticencia críptica y la toma de decisiones vacilantes del Peregrino Gris tienen consecuencias terribles. Claro, el tipo tiene mucha responsabilidad sobre él. Está orquestando la resistencia de los pueblos de Tierra Media y está tratando de resistir una aterradora amenaza. Aun así, Gandalf, el personaje creado por J.R.R. Tolkien, no tiene un historial perfecto.
Gandalf se resiste a su llamado
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La valentía de Gandalf es innegable, pero inicialmente rechaza su llamado a resistir a Sauron con el argumento de que tiene miedo. En el libro "Cuentos inacabados", obtenemos una descripción de los Valar (los guardianes angelicales parecidos a dioses de la creación) seleccionando a sus cinco magos representantes. Dos de ellos se ofrecen voluntariamente: Saruman y Alatar. Los otros tres son elegidos y cuando se trata de Gandalf (técnicamente llamado Olórin en este punto), el texto señala: “Pero Olórin declaró que era demasiado débil para tal tarea y que temía a Sauron”.
Deja a Thorin y compañía en un momento terrible
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La presencia de Gandalf en la primera mitad de El Hobbit es irrefutablemente importante. El Mago reúne al grupo de aventureros, los ayuda a encontrar Rivendel y los salva de trolls, duendes y lobos. Él organiza su presentación a Beorn y consigue su ayuda. Viaja con ellos hasta el borde del Bosque Negro y luego desaparece. Así es: de repente, al borde del intimidante bosque, Gandalf se levanta y los deja para ocuparse de otros asuntos.
Deja que Frodo se quede con el Anillo desde el principio
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Cuando comienza El Hobbit, no hay señales de un Anillo de Poder. Cuando termina la historia, Gandalf tiene dudas sobre el tesoro encontrado por Bilbo, pero deja el asunto como está. Cuando comienza La comunidad del anillo, Gandalf ha cambiado de marcha y está presionando activamente a Bilbo para que le dé el Anillo Único a Frodo, es decir, todo lo que hace es trasladar el hechizo malicioso al pobre e inocente Frodo.
Gandalf mantiene todo en absoluto secreto
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Gandalf muestra un grado exagerado de moderación críptica cuando se trata de comunicarse con los demás, incluso con aquellos que se han ganado su confianza. Aragorn (Viggo Mortensen) señala esto cuando el Mago regresa como Gandalf el Blanco en el libro Las Dos Torres. Mientras Gandalf hace múltiples referencias veladas, Aragorn dice: “En una cosa no has cambiado, querido amigo... todavía hablas con acertijos”.
Gandalf no protege bien el palantír
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Cuando Pippin (Billy Boyd) recupera el palantír en Las Dos Torres, Gandalf rápidamente se lo arrebata, dejando al hobbit con tentadores recuerdos de la fascinante piedra. Con el tiempo, esa picazón en las palmas de Pippin se vuelve tan fuerte que le quita la piedra al Mago, la mira y casi arruina toda la misión cuando se la revela a Sauron y casi le cuenta todo. Está claro que el Mago sabe que es un objeto poderoso y peligroso, y que debería haber tomado mejores precauciones.
Gandalf prioriza a Saruman sobre Frodo
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Gandalf no confía en mucha gente y, cuando lo hace, a menudo resulta contraproducente, como es el caso de Saruman (Christopher Lee). En La comunidad del anillo, Gandalf es engañado por su compañero mago blanco para hacer un viaje a Isengard cuando debería estar de regreso en la Comarca, ayudando a Frodo a avanzar antes de que los Espectros del Anillo lo atrapen.
Gandalf es un temible torturador
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Aunque a menudo se presenta a Gandalf como un anciano afable, también tiene una faceta oscura y amenazante. Muestra su capacidad para la intimidación y la tortura cuando amenaza con usar el fuego para extraer la verdad de Gollum (Andy Serkis). Este lado oscuro se revela cuando admite haber utilizado tácticas duras para obtener información crucial. Aunque sus intenciones son nobles, sus métodos son aterradores y sugieren una profundidad inquietante en su carácter.