Pregunta para todo fanático del terror: ¿Qué tienen en común El exorcista de William Friedkin, Poltergeist de Tobe Hooper, El cuervo de Alex Proyas, El bebé de Rosemary de Roman Polanski y la grabación de The Number of the Beast de Iron Maiden? Todos, supuestamente, tuvieron fenómenos inexplicables y extrañas circunstancias asolaron sus producciones que hasta el día de hoy se consideran malditas.
Si bien algunos argumentan que la mayoría de los eventos fueron simplemente circunstanciales, nada más, la naturaleza y la frecuencia hacen que sea bastante difícil deshacerse de esa aura de maldición. Esto nos lleva a La profecía, la película de Richard Donner, cuya trama es relativamente sencilla: un niño, acogido por un diplomático y su esposa, resulta ser el Anticristo, y lo rodean todo tipo de muertes y desgracias.
Y aunque se trata de una ficción, la singularidad de los eventos que sucedieron detrás de escena de la película diabólica haría que los espectadores más escépticos recurrieran a un crucifijo para ahuyentar demonios. Ahora, con el estreno de la precuela La primera profecía este fin de semana en Cinépolis y Cinemex, resulta pertinente revisar la original de 1976 y su historia maldita.
El accidente automovilístico del diseñador John Richardson
Twentieth Century Fox
Después de ayudar a crear efectos especiales para La profecía, el diseñador John Richardson comenzó a trabajar en A Bridge Too Far. Estaba en Holanda con su esposa, la escultora y diseñadora de efectos especiales Liz Moore, y una noche, mientras conducían por una carretera vacía, chocaron de frente contra otro automóvil. Richardson quedó inconsciente, pero Moore fue decapitada cuando una de las ruedas delanteras atravesó el suelo y la golpeó.
Cuando Richardson volvió en sí después del accidente, notó que la tragedia era una coincidencia espeluznante con una escena de decapitación horriblemente espantosa que había diseñado para La profecía. También afirma que vio una señal de tráfico a un lado del accidente que indicaba que la ciudad de Ommen estaba a 66,6 kilómetros de distancia.
Un tigre mató al entrenador de animales que trabajó en la película
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En una escalofriante escena, Lee Remick, como la madre de Damien, está completamente aterrorizada por un grupo de babuinos que atacan el auto en reacción a su demoníaco hijo. Según Richard Donner, sus gritos de miedo eran completamente reales. El equipo colocó un babuino dentro del coche para enfadar aún más a los primates atacantes y luego filmó su violenta respuesta.
Aunque el incidente de Remick fácilmente podría haberse convertido en otra historia de maldición, aparentemente Satanás decidió descargar su ira contra el entrenador de los babuinos. Algunas historias afirman que era un león pero en palabras del productor Harvey Bernhard: “Lo mataron el día después de que filmáramos allí. Lo mató un tigre. Lo agarró por la cabeza y lo mató instantáneamente”.
Las amenazas de los rayos sobre los aviones
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En octubre de 1975, Gregory Peck estaba en un avión con destino a Londres camino a filmar cuando el avión fue alcanzado por un rayo. El rayo provocó que uno de los motores se incendiara y el avión estuvo a punto de estrellarse en el Océano Atlántico. Unas semanas más tarde, el productor Mace Neufeld se dirigía al rodaje cuando su avión también quedó atrapado por un rayo mientras cruzaba el Atlántico.
“Fueron los cinco minutos más duros que he tenido en un avión”, señaló. Dos contratiempos de preproducción relacionados con rayos son espeluznantes, pero después de que el guionista David Seltzer montó en un avión que también fue alcanzado por un rayo, se confirmaba la maldición. Y por si estos tres incidentes no fueran lo suficientemente convincentes, el productor Harvey Bernhard estuvo muy cerca de ser alcanzado por un rayo mientras filmaba en Roma.
El elenco y el equipo sobrevivieron a los atentados del IRA
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Después de sobrevivir al terror inducido por un rayo en su vuelo al extranjero, el productor Mace Neufeld estuvo involucrado en algunos otros incidentes relacionados con la maldición. Mientras se hospedaba en un hotel Hilton en Londres, a él y a su esposa se les permitió salir temprano cuando el Ejército Republicano Irlandés hizo estallar el edificio.
Afortunadamente, ninguno de los dos se encontraba en el hotel en ese momento y no fueron asesinados. Varios días después, Neufeld, varios otros productores y Gregory Peck se dirigían a un restaurante cuando el IRA también bombardeó el edificio. Aunque muchas personas ven estos aterradores incidentes como parte de la maldición de La profecía, considerando que el IRA estuvo involucrado en una gran cantidad de explosiones en Londres en ese momento, tal vez el hecho de que el elenco y el equipo escaparan dos veces sea en realidad un milagro.
El avión para tomas aéreas se estrelló y mató a varias personas
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Para conseguir algunas tomas aéreas para la película, el equipo alquiló una avioneta local. En el último momento, la compañía aérea cambió de planes y alquiló el avión a otro grupo de personas. Según una historia, fueron empresarios chinos quienes le hicieron un mejor trato al piloto y se quedaron con el avión. Cualquiera que sea la verdadera historia, al equipo de La profecía le dijeron que tendrían que esperar hasta más tarde ese mismo día.
Esto resultó ser un giro de los acontecimientos impactante ya que el avión en el que se suponía que debían estar se estrelló, supuestamente voló hacia una bandada de pájaros al despegar, se estrelló contra una valla y chocó contra un automóvil. La cantidad de personas que murieron en el incidente varía según la historia, pero el desastre se asocia a una maldición más de La profecía.
Un especialista casi muere después de caerse de un edificio
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Cuando el especialista Alf Joint terminó de filmar escenas de La profecía, se puso a trabajar en A Bridge Too Far, pero es posible que la maldición lo haya seguido. Para una escena, debía saltar desde un edificio alto y aterrizar sobre una bolsa de aire, algo que ya había hecho con éxito antes sin problemas.
Esta vez, sin embargo, saltó de una manera incómoda y aterrizó no en la cómoda y segura plataforma sino en el suelo. Gravemente herido, lo llevaron de urgencia al hospital y afortunadamente sobrevivió. Cuando recuperó el conocimiento, dijo que sintió como si lo hubieran empujado.
El hijo de Gregory Peck se suicidó dos meses antes del rodaje
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En junio de 1975, se descubrió que el hijo de Gregory Peck, Johnathan, se había pegado un tiro en la cabeza. Aunque no hubo ninguna nota, se consideró que su muerte fue un suicidio y Peck quedó devastado por la pérdida. Su agente le llamó la atención sobre el papel de Richard Thorn, ya que quería que Peck canalizara su dolor en un proyecto, a pesar de que el papel era un hombre que debía matar a su hijo.
Peck firmó y llegó al set comprensiblemente malhumorado, pero se comprometió desde el principio con la película y al final fue recompensado con La profecía como una de sus películas de mayor éxito financiero. A William Holden, por otro lado, también le habían ofrecido el papel de Richard Thorn, pero lo rechazó. Cuando vio el éxito que había tenido la película, rápidamente se unió a la secuela, Damien: La profecía 2.
La locación: la catedral de Guildford
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La catedral de Guildford de la vida real sirvió como telón de fondo muy destacado en la película, pero después del estreno de La profecía, los sacerdotes tuvieron problemas para lograr que la gente asistiera a misa. Después de que el edificio enfureciera terriblemente a Damien, aparentemente la congregación local estaba demasiado asustada para visitarla, y su miedo seguía activo más de 30 años después.
En 2008, se vio a un hombre armado en los terrenos de la iglesia y se llamó a la policía. Trajeron helicópteros y, finalmente, las autoridades mataron a tiros al hombre en los mismos escalones de la catedral que una vez aparecieron en la película.
El hombre que creó ‘La profecía’ advirtió sobre su aura maldita
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Robert Munger era un cristiano y un ejecutivo publicitario que pensó que una película sobre el Anticristo sería una buena idea, así que la propuso a un estudio. Sabiendo que El bebé de Rosemary y El exorcista habían tenido un gran éxito, el productor Harvey Bernhard estuvo de acuerdo en que la idea sería rentable y se comprometió a realizarla.
Luego, ya sea por un cambio de opinión o gracias a alguna intervención celestial, Munger de repente comenzó a advertir a todos que la película estaría maldita, afirmando: “Si la mayor arma del diablo es ser invisible y vas a hacer algo que le quitará su invisibilidad a millones de personas, él no querrá que eso suceda”. Bernhard siguió adelante con la producción, pero cuando empezaron a ocurrir acontecimientos extraños, empezó a usar una cruz mientras estaba en el set, por si acaso.