Además del diluvio universal (aquella lluvia torrencial enviada por el Dios iracundo del Antiguo Testamento para exterminar a la humanidad y que es representada en Noah de Darren Aronofsky), la otra función mitológica primordial de las aguas es el bautismo. Éste, dentro del pensamiento cristiano, es una regeneración espiritual que permite “limpiar el alma” (tal como lo sugiere una de las primeras secuencias de María Magdalena con Joaquin Phoenix y Rooney Mara).
Pero más allá de las películas con temática religiosa, existe un conjunto de obras cinematográficas que retoman la dinámica del bautismo para otorgarle un nuevo significado, incluso con un simbolismo profano. Desde la obra maestra de Francis Ford Coppola hasta la icónica pieza de ciencia ficción de las hermanas Lana y Lilly Wachowski, cada una de las siguientes películas ofrece reinterpretaciones profundas y cautivadoras de este ritual sagrado, explorando temas de redención, descubrimiento y transformación.
‘El padrino’
En el tramo final de El padrino, Michael (Al Pacino) se convierte en el padrino tanto del hijo de Connie (Talia Shire) como de la familia Corleone a través de un ritual religioso y de sangre. Mientras renuncia a las tentaciones en la iglesia, fuera de ella ordena una serie de masacres. Coppola muestra la transformación final de Michael, simbólicamente bautizándolo y estableciendo su nueva identidad. El montaje paralelo entrelaza las distintas locaciones, resaltando la importancia de la escena y marcando un contraste entre los mundos en los que Michael se compromete a vivir.
‘Sueño de fuga’
En Sueño de fuga, dirigida por Frank Darabont, Andy Dufresne (Tim Robbins), tras años injustamente encarcelado en Shawshank por un crimen que no cometió pero del cual se siente culpable, finalmente se enfrenta a su propia responsabilidad moral. Este momento de autoaceptación marca su liberación interior y el inicio de una nueva vida. El escape de Andy, cuidadosamente planeado, ocurre después de reconocer su culpa, simbolizando su renacimiento. Al salir de la prisión a través de una alcantarilla, Andy se purifica bajo la lluvia, liberándose de su pasado y abrazando un futuro lleno de esperanza y redención.
‘Matrix’
Cuando Morfeo (Laurence Fishburne) revela a Neo (Keanu Reeves) que la Matrix es una ilusión que oculta la verdad, refleja la experiencia del individuo inmerso en el pecado según la filosofía cristiana. Como esclavos de la impureza, seguimos impulsos egoístas y perezosos. Neo enfrenta dos opciones: una pastilla azul para la ignorancia o una roja para la verdad. Elige la verdad y renace al ser desconectado de la Matrix, simbolizando un despertar espiritual. Su cuerpo sale de las aguas residuales y, al borde de ahogarse, Morfeo y su tripulación lo salvan en un aerodeslizador, ya que han estado esperando su llegada. La escena refleja el renacimiento cristiano, donde Neo se convierte en "el elegido" tras su renacer.
‘Petróleo sangriento’
En una escena crucial de Petróleo sangriento de Paul Thomas Anderson, Eli Sunday (Paul Dano) se dirige a la congregación de la Iglesia de la Tercera Revelación. El joven es visto por la multitud como una figura de autoridad con un aura sagrada, resaltada por la iluminación de la cruz y la paleta de colores cálidos. Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis), inicialmente renuente, se une a Eli en el púlpito, preparándose para su bautismo. Sin embargo, este acto simbólico se convierte en una farsa, ya que Plainview solo lo hace por conveniencia, utilizando la religión como una herramienta para sus propios fines, como construir su oleoducto.
‘Inception’
El agua está por todas partes en Inception de Christopher Nolan. Desde las olas del océano que se aproximan al cuerpo de Cobb (Leonardo DiCaprio) varado en la playa hasta su necesidad de lavarse constantemente el rostro para anclarse a la realidad y asumirse ajeno a las capas de los sueños. El océano, con sus vastas olas y sus nebulosas profundidades, es como el subconsciente indómito pero poderoso de nuestra mente. Entonces, salir del océano es una especie de descubrimiento, de regeneración. De algún modo, para Cobb, su inmersión en el agua es casi como un bautismo y, cuando se despierta, se encuentra “renacido” en una nueva vida, en una nueva capa.