La ciencia ficción, a lo largo de su evolución, ha sido un terreno fértil para explorar temas religiosos y simbolismos espirituales. Desde Star Wars de George Lucas hasta The Matrix de las hermanas Lilly y Lana Wachowski, pasando por Fundación de Isaac Asimov, en la vasta galaxia de la literatura y el cine, vemos ejemplos de cómo estas historias entrelazan la tecnología, el futuro y la fe de maneras intrigantes y a menudo provocativas.
Duna y Duna: Parte Dos, dirigidas por Denis Villeneuve, poseen una serie de simbolismos religiosos que revelan un rico tapiz de significado que profundiza en la naturaleza humana y el poder de la fe. A lo largo de la saga, se encuentran resonancias con la historia bíblica, desde las referencias a profetas y mesías hasta la lucha entre el bien y el mal. Estos simbolismos, enriquecidos por el misticismo de las especias y las visiones proféticas, ofrecen una ventana fascinante hacia las complejidades de la creencia y la espiritualidad en este universo de ficción.
La figura mesiánica
Paul Atreides (Timothée Chalamet) es la figura mesiánica del universo de Duna que conducirá al pueblo a la “verdadera libertad” y a la Tierra Prometida. El Mesías del desierto es conocido como el Kwisatz Haderach (por las Bene Gessarit).
Probablemente el término se deriva del hebreo-cabalístico, Kefitzat Ha'derech, que significa “el salto del camino”, y describe la forma en que un iniciado puede viajar una distancia instantáneamente, incluso pareciendo estar en dos o más lugares a la vez. Esto básicamente describe la teletransportación o, en términos católicos, la bilocación, un sello distintivo de los santos vivos.
La figura de San José
Duke Leto Atreides (Oscar Isaac), equiparado a San José, lleva a su familia al desértico planeta de Arrakis, una acción que, paradójicamente, se asemeja más a exponerlos al peligro que a un lugar de refugio seguro.
Por otro lado, María, descendiente del linaje del rey David, encuentra un eco en la línea matriarcal de las Bene Gesserit en Duna. Este paralelismo se intensifica aún más con el título "Bene Gesserit", que recuerda al epíteto del pueblo judío, "Bene Jeshurun", significando "Hijos de los Justos", lo que añade capas de profundidad a la rica interconexión entre la historia bíblica y la trama de Duna.
La figura de la Virgen María
Se profetizó durante mucho tiempo que las Bene Gesserit darían a luz al Mesías Kwisatz Haderach (y habían estado trabajando durante cientos de generaciones). Asimismo, se profetiza que Lady Jessica (Rebecca Ferguson) será, como dice Stilgar, "la Bene Gessarit de la leyenda cuyo hijo nos llevará al paraíso". La profecía de una virgen inmaculada que daría a luz al Mesías es la profecía más antigua del cristianismo. En el Génesis 3:15, llamado protoevangelio o "primer evangelio", se menciona que rurante cientos de generaciones, el pueblo de Israel esperaba a la Virgen que daría a luz al Mesías, el Mesías que "aplastaría la cabeza de la serpiente".
Quizás lo más interesante es que los musulmanes llaman Sayyida a la Santísima Madre, o Dama, mientras que los Fremen nombran Sayyadina a Lady Jessica. El término Sayyadina significa "amiga de Dios" y fue utilizado por los Fremen para describir a sus sacerdotisas que beberían el Agua de la Vida y se convertirían en Reverendas Madres.
Las tentaciones del desierto
Paul Atreides, al igual que Cristo se enfrenta a una serie de pruebas, principalmente en el desierto, reflejando el pasaje de las tentaciones de Cristo. Su primera prueba es con el Gom Jabbar, similar a las pruebas iniciales de Cristo. Posteriormente, enfrenta el desafío del Agua de la Vida, aceptando su destino mesiánico. Sobrevivir al Agua de la Vida lo proclama como el Mesías, cumpliendo así las profecías de los Fremen. Luego, debe conquistar al gran gusano de arena, Shai-Hulud, equiparable a la lucha de Cristo contra Satanás en el desierto.
¿Dioses paganos o demonios?
Los Gusanos de Arena, gigantescas criaturas nativas del planeta Arrakis, no solo habitaban los vastos desiertos de Dune, sino que también eran la fuente de la especia Melange. Para los Fremen, estas imponentes bestias eran sagradas, consideradas encarnaciones físicas del Dios Único de su religión Zensunni, y recibían varios nombres como "El Hacedor" y Shai-Hulud, que evocaban su naturaleza divina y ancestral. Tanto el judaísmo como el cristianismo expusieron que muchas religiones paganas adoran a demonios en lugar del único y verdadero Dios.
El rey Herodes
El barón Harkonnen (Stellan Skarsgård) emerge como una especie de encarnación tanto del rey Herodes como del faraón egipcio, personajes históricos cuyas acciones reflejan su intento de sofocar el poder de sus rivales al eliminar al niño destinado a reinar.
Mientras el rey Herodes lleva a cabo su infame matanza de inocentes en Belén y otros lugares, el faraón egipcio ordena a las parteras que pongan fin a la vida de los niños hebreos. Esta crueldad opresiva se asemeja al sufrimiento compartido por los Fremen, quienes, al igual que los esclavos hebreos en Egipto, luchan bajo el yugo de la tiranía, ya sea de un faraón o de los Harkonnen.