Demon Slayer narra la trágica historia de Kamado Tanjiro, cuya vida cambia drásticamente cuando su familia es brutalmente asesinada y su hermana, Kamado Nezuko, es transformada en un demonio. Con determinación y valentía, Tanjiro se convierte en un Demon Slayer, dedicando su vida a luchar contra los demonios que asolan su mundo. En su viaje, se encuentra con una variedad de enemigos, cada uno más poderoso y temible que el anterior, todos ellos arraigados en la rica mitología japonesa.
A lo largo de la historia japonesa, las figuras demoníacas y divinas han sido veneradas y temidas por igual. Desde tiempos antiguos hasta la actualidad, estas criaturas han ocupado un lugar destacado en la cultura japonesa. En Demon Slayer, incluyendo la más reciente película Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba - To The Hashira Training, muchos de estos seres mitológicos cobran vida de manera impresionante, cada uno con su propio trasfondo y poderes únicos que reflejan la rica tradición espiritual del país asiático.
Susamaru (Asura)
Asura es, dentro de la mitología japonesa, tanto un demonio como un dios. Puede que tenga apariencia humana, pero su tamaño, fuerza y múltiples brazos lo distinguen de otros seres. Ashura tiene ansia de batalla y está orientado a la destrucción.
Aunque normalmente tiene una constitución promedio, el cuerpo de Susamaru, en Demon Slayer, se vuelve más musculoso cuando pelea en serio. Como le encanta la emoción de una pelea, Susamaru a veces usa su manipulación del cuerpo y le crecen cuatro brazos más, muy parecido a Asura.
Kyogai (Raijin)
Raijin es el dios japonés nacido de la muerte y puede controlar truenos, relámpagos y tormentas. Además, siempre está rodeado de un halo budista tradicional hecho de tambores.
Kyogai, también conocido como Drum Demon en Demon Slayer, tiene muchas características físicas únicas, pero la más distintiva son los tambores que están incrustados en seis partes diferentes de su cuerpo: estómago, hombros, caderas, parte delantera del pecho y espalda.
Yahaba (Tenome)
Tenome es un yokai que apareció en Gazu Hyakki Yagyō de Toriyama Sekien, un libro de ilustraciones que se publicó en 1776. Toma la apariencia de una persona mayor sin ojos en el rostro; en cambio, tiene ojos en las palmas de las manos. Este yokai es rápido y tiene un poderoso sentido del olfato, lo que le ayuda a capturar a sus víctimas en la oscuridad.
En Demon Slayer, Yahaba es un hombre joven con ojos en las manos, lo que le permite usar sus sentidos para rastrear con precisión la ubicación de cualquier persona.
Nakime (Biwa-Bokuboku)
El Biwa-bokuboku es una criatura con cuerpo humano y cabeza de Biwa, un instrumento musical laúd de madera de cuello corto. Cuando el dueño del Biwa lo abandona, el instrumento cobra vida para expresar tristeza. Este yokai (demonio o fantasma en el contexto japonés) canta por las noches y se sienta tranquilamente en una sala de tatami.
En Demon Slayer, Nakime era un artista popular de Biwa antes de convertirse en demonio. Cuando decide rasgar el instrumento, puede manipular y cambiar el espacio de su fortaleza a su gusto.
Demonio lengua (Akaname)
El hábitat natural del Akaname son las casas sucias, especialmente los baños. Estos yokai salen por la noche a lamer la suciedad de estas zonas con su lengua extremadamente larga y pegajosa.
El Demonio lengua en Demon Slayer, que solía vivir en la Mansión Tsuzumi, tiene la capacidad de controlar la longitud, la velocidad y el filo de su lengua, lo que le permite cortar cualquier cosa con facilidad.
Familia araña (Tsuchigumo)
Tsuchigumo es el nombre de una raza de yokai con forma de araña. Vive en el bosque o en las montañas y puede crecer hasta alcanzar tamaños monstruosos. El Tsuchigumo usa sus hilos para atrapar presas grandes, particularmente humanos.
En Demon Slayer, la Familia Araña es una familia falsa creada por Rui, uno de los Doce Demonios de Kizuki. Está formado por el Padre Araña Demonio, la Madre Araña Demonio y sus hijos. Todos tienen la piel blanca y pálida y pueden usar hilos y cuerdas para atacar a los enemigos.