Arturo García Rodríguez, mejor conocido como Arturo de Córdova, nació el 7 de mayo de 1907, en la Mérida, Yucatán. Aunque comenzó su carrera como periodista y fue subdirector de la agencia United Press, en Santiago de Chile, Arturo es reconocido como uno de los actores protagonistas en la llamada Epoca de Oro del Cine Mexicano, participando en más de 100 largometrajes a lo largo de su trayectoria.
En 1933, se instaló en la Ciudad de México, donde obtuvo trabajo como locutor para la estación XEW. Su voz varonil y su dicción impecable lo llevaron a convertirse en uno de los favoritos de los radioescuchas, por lo que los productores de cine empezaron a buscarlo para explotar su fama. Fue creador de la célebre frase, la cual lo acompañaría toda su vida, “eso no tiene la menor importancia”.
Inició su carrera actoral en 1935, en la película mexicana Celos, dirigida por el ruso, exiliado en México, Arcady Boytler. Tiempo después participo con el director Fernando de Fuentes, en la cinta La Zandunga (1937), Ay, que tiempos, señor don Simón (1941) y El conde de Montecristo (1941), hasta que fue buscado por productores de Hollywood.
A partir de ese momento, Arturo de Córdova participaría en cintas de Estados Unidos (con un contrato con Paramount Pictures) y en México, resaltando sus participaciones en Por quién doblan las campanas (1943) dirigida por Sam Wood, Hostages (1943) de Frank Tuttle y La rubioa de los cabellos de fuego (1945), de George Marshall. Su imagen típica de galán latino es especialmente notoria en las cintas El pirata y la dama (1944), Masquerade in Mexico (1945) y Donde nacen los héroes (1945)
Aunque en los años 40, debido a su papel de galán heroico, sus participaciones se limitaron a comedias y melodramas, dirigidos por Fernando de Fuentes, Roberto Gavaldón y Antonio Momplet. Debido a que su imagen empezaba a envejecer, los 50 significaron una transformación en el actor, quien tomo retos importantes, dando vida a personajes oscuros y fuertes, en películas como En la palma de la mano (1950), donde recibió un premio Ariel como mejor actor y Él (1952), cinta dirigida por Luis Buñuel.
En 1952, Arturo de Córdova fue galardonado nuevamente con el Ariel por la cinta Las tres perfectas casadas (1952) Poco tiempo después, aprovecho una imagen cómica, en comedias como La cigüeña dijo sí (1958), Mis padres se divorcian (1965) y, en especial, El esqueleto de la señora Morales (1959), dirigida por Rogelio A. González, considerada como una de las obras cumbre del actor.
Su última aparición en pantalla grande sucedió en 1970, al lado de Mario Moreno “Cantinflas”, en la cinta El profe, con quien formo una gran amistad.
Arturo de Córdova falleció el 3 de noviembre de 1973, al lado de su amada, la también actriz Marga López, dejando, tras de sí, un legado imborrable en la historia del cine mexicano.