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    Aguas siniestras
    Críticas
    1,5
    Mala
    Aguas siniestras

    ‘Aguas siniestras’ se pierde en un naufragio del terror

    por Liz Hernández

    Producida dentro de Blumhouse, el estudio hogar de películas de terror como Actividad Paranormal, La purga y la reciente Five Nights at Freddy’s, la nueva cinta de la casa productora es Aguas siniestras, un proyecto que figura como el debut directorial de su realizador. Este largometraje es uno de los primeros en llegar a salas de cine durante el 2024, por lo que carga con la responsabilidad de sentar las expectativas para los demás estrenos del año.

    El inicio del año siempre es complejo para la industria cinematográfica, pues cae dentro del limbo que es ensombrecido por la temporada de premios, pero eso no significa que los espectadores no se aventuren a experimentar una historia de horror en la pantalla grande. En esta ocasión es Aguas siniestras la película encargada de inaugurar los lanzamientos del cine de terror, la cual cuenta con la participación de James Wan y Jason Blum como productores.

    Bryce McGuire debuta como cineasta de largometrajes tras el éxito de M3GAN y con el apoyo de Blumhouse y Atomic Monster, compañía productora fundada por el querido autor detrás de Saw: Juego macabro y El conjuro. Basado en su propio cortometraje Night Swim, de apenas cuatro minutos que fue liberado hace 10 años y se encuentra disponible en YouTube, el proyecto ahora cuenta con un elenco liderado por dos estrellas: Kerry Condon, nominada el año pasado al Oscar por Mejor actriz de reparto en The Banshees of Inisherin, y Wyatt Russell, el actor que interpreta a U.S. Agent en el MCU y además es hijo de Kurt Russell.

    Ambos actores aparecen como Eve (Condon) y Ray (Rusell) Waller, una pareja de casados que se encuentra en la búsqueda de un nuevo hogar que les permita acercarse a un hospital, dado el estado de salud de uno de ellos. Ray, un ex beisbolista de la MLB, padece una enfermedad que lo obligó a retirarse como jugador profesional y ahora lidia con sus habilidades motoras. Un día, mientras conducen por el vecindario, observan una casa en venta y deciden comprarla al tener una grande alberca, pues siempre soñaron con tener una. Es así que la familia se muda a dicho hogar, pero pronto se da cuenta que hay una entidad malévola en el lugar.

    Blumhouse

    Desde el inicio de la película McGuire presenta ante el espectador el objeto central de la trama: la alberca. Siendo protagonista del tráiler y el póster, la piscina que atrae a los Waller a mudarse ahí fue ideada como la amenaza principal de los personajes que se cruzan con ella, pero en cuanto revela aquello que se esconde detrás pierde completa emoción. Aunque el realizador trata de manipular a la audiencia con el clásico recurso de los jump scares, que sólo es efectivo en una ocasión, la ejecución en el maquillaje es un desacierto que no juega a su favor.

    La maldición que recae sobre la alberca y dicta sentencia sobre sus víctimas podría compararse a la de otras películas del género como la clásica Poltergeist (1982) o Terror en Amityville (2005), en la que la casa embrujada consigue que uno de los familiares sea poseído e intente terminar con la vida de sus seres queridos. A diferencia de ellas, el elemento encantado no es lo suficientemente aterrador o tiene las bases necesarias para convencer al espectador que lo que están viendo realmente es justificado.

    Blumhouse

    Lo que hay detrás no es un cementerio o un crimen intrafamiliar, sino que su aspecto sobrenatural se posa en que la alberca está conectada a los mantos acuíferos y, casi como si fuera un pozo, concede deseos a todo aquel que esté vulnerable, pero a cambio reclama una vida humana. Si bien McGuire reveló haberse inspirado para la historia al haber crecido en Florida, un lugar rodeado por la naturaleza, su error recae en no darle la misma importancia a dichos elementos a través del montaje sonoro y exponerlo a través de diálogos sobreexpuestos.

    Casi haciendo referencia al común rol del padre poseído e hijo víctima que se vio en La noche del demonio, también producción perteneciente a Blumhouse, Aguas siniestras pierde su rumbo en cuanto muestra frente a la cámara una de las víctimas que ha reclamado la alberca. En vez de que los elementos prácticos jueguen a su favor en términos de violencia gráfica como le funcionó a Sam Raimi con The Evil Dead, los fantasmas que aparecen a cuadro se convierten en una caricatura que resta suspenso al tono sobrenatural de la historia principal.

    Blumhouse

    Quizás Condon y Russell son quienes agregan un poco de valor al proyecto, pero la relación entre los personajes que integran la familia Waller jamás es explorada lo suficiente y orilla al espectador a no preocuparse por la fractura en el vínculo sentimental que hay entre ellos, incluso cuando uno debe quedarse atrás para que los demás sobrevivan. Aguas siniestras queda a la deriva y naufraga al no consolidar a su amenaza principal, la alberca, pero su mayor desacierto es no controlar su dirección ni al final del proyecto, dejando al espectador preguntándose si lo que acaba de ver realmente es digno para considerarlo siquiera una escena conclusiva. A diferencia de Jaws esta cinta no alejará a los nadadores de las aguas.

    Aguas siniestras
    Aguas siniestras
    Fecha de estreno 4 de enero de 2024 | 1h 39min
    Dirigida por Bryce McGuire
    Con Wyatt Russell, Kerry Condon, Amélie Hoeferle
    Medios
    2,4
    Sensacinemx
    1,5

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