Todo apunta a que la popularidad de k-dramas, como El juego del calamar y Aquel año nuestro, ha llegado para quedarse, y la más reciente producción surcoreana de Netflix, Estamos muertos o All of us are dead, lo vuelve a demostrar al posicionarse en los contenidos más vistos de la plataforma de streaming a horas de su estreno.
A la altura de otras producciones del género, como Estación Zombi o Sweet Home, el drama de supervivencia nos relata la historia de un grupo de estudiantes que quedan atrapados en el Instituto Hyonsan, después de un inesperado incidente que propagó un virus letal, convirtiendo a la mayoría del alumnado en seres sedientos de sangre. Ahora, los sobreviviente tendrán que sacar sus mejores instintos, si es que quieren permanecer con vida.
Durante el último episodio de la temporada, Cheong-San (Chan-young Yoon), quien fue mordido por Yoon Gwin Nam (In-soo Yoo), se sacrifica para que On Jo (Ji-hu Park) y el resto de sus amigos puedan escapar del edificio en construcción, donde quedaron atrapados. Gracias a la distracción, todos logran alejarse del área antes de que el Gobierno detone los explosivos.
Ya en la ciudad, los estudiantes creen que se encuentran a salvo, pero son sorprendidos por una horda zombi, que termina atacándolos y Wu-jin (Son Sang-yeon) es infectado al tratar de proteger a su hermana. Por otro lado, los instintos zombis de Nam Ra (Yi-Hyun Cho) cada vez son más potentes, por lo que decide abandonar al grupo antes de que pueda lastimarlos.
Después del ataque, los jóvenes por fin llegan a la zona de cuarentena, donde son interrogados por las acciones del profesor Lee Byeong Chan (Byeong-cheol Kim), quien dio vida al virus, pero el resentido grupo decide no cooperar con los soldados e intentar seguir con sus vidas.
Meses después, los sobrevivientes de Hyosan siguen en cuarentena y los especialistas aún no logran encontrar la respuesta sobre cómo deshacerse del virus. On Jo, por su parte, se aísla del resto de sus amigos y continúa sufriendo la muerte de Cheong-San. Sin embargo, durante una de sus salidas a hurtadillas del campamento, visualiza una fogata en el techo del viejo Instituto.
Al día siguiente, se reúne con Su-hyeok (Park Solomon) y le confiesa que sospecha que Nam Ra podría estar llamándolos. Esa misma noche, el grupo de jóvenes terminan saliendo del campamento para visitar el edificio abandonado, donde descubren que las sospechas eran correctas y la presidenta de la clase se encuentra aún con vida. Aunque el grupo le pide que regrese con ellos, ella les explica que aún tiene cosas pendientes con los seres que son como ella: ni humanos, ni zombis.
Con un final de temporada bastante agridulce, la producción surcoreana nos deja con bastantes incógnitas que podrían ser un buen semillero para una posible segunda entrega, aunque no existe una confirmación por parte de sus creadores o el gigante del streaming aún.