Estamos a unas horas para que una de las películas colombianas más polémicas y oportunas de los últimos años llegue a Netflix: Monos; drama dirigido por el cineasta de origen brasileño: Alejandro Landes, quien previamente estuvo detrás de filmes como Cocalero (2007) y Porfirio (2011). Cabe destacar que su labor no sólo es detrás de cámaras, sino es el autor de sus historias. Nueve años después de su último trabajo llega con este crudo y sensorial retrato al más puro estilo de El señor de las moscas, narrando la historia de ocho adolescentes que son reclutados y militarizados, formando parte de un grupo armado. Entre ellos se hacen llamar “Monos” y, justo cómo se comportan los primates, se hablan unos a los otros haciendo un sonido mientras pegan sus labios a la parte superior de la palma de su mano.
Hay muchos aspectos que vale la pena recalcar de esta producción que, afortunadamente llega al streaming, poniéndola en una ventana enorme para poder ser apreciada en momentos en los que las salas de cine y los espacios para proyecciones se encuentran cerrados debido a la crisis sanitaria del COVID-19. Monos es una coproducción de varios países: Colombia, Argentina, Suecia, Estados Unidos, Dinamarca y Suiza; esto no sorprende al ver la manufactura del filme que puede notarse en la edición, fotografía y bellísimo soundtrack compuesto por Mica Levi (quien también trabajó en cintas como Jackie y Under the Skin), para contar un relato inquietante tanto físico, como emocionalmente, pero, sobre todo, universal. Un fragmento de vida en una zona remota, llena de selva y montañas en Latinoamérica, donde temas como la pérdida de la inocencia, la fragilidad del ser humano y el caos, convergen.
El hilo conductor es una vaca que dejan encargada a uno de los miembros del grupo y una rehén estadounidense: la doctora Sara Watson (Julianne Nicholson) que los monos tienen secuestrada. No sabemos si están pidiendo rescate, cómo llegó la mujer a ese lugar o las motivaciones, pero a Landes no le interesa entrar en esos detalles, cuando lo que importa son los hechos, lo que está sucediendo con esta chica y la dinámica del grupo pseudo militar.
'Ya no estoy aquí': Una de las mejores películas del cine mexicano actual ya está en el catálogo de NetflixMonos fue seleccionada para representar a Colombia como Mejor película extranjera en la pasada entrega de los Oscar, desafortunadamente no llegó a tener la nominación (ni siquiera al shortlist), pero su paso por prestigiosos festivales la llevó a obtener diversos galardones desde su estreno en enero del 2019 en el Festival de Cine Sundance, donde ganó el reconocimiento del jurado, hasta el Festival Internacional de Cine de Berlín. Afortunadamente fue adquirida por el estudio Neon, que también compraron los derechos de Parásitos de Bong Joon-ho y la llevaron a tener una de las mejores distribuciones en el mercado estadounidense para una cinta no hablada en inglés.
Los protagonistas, en su mayoría, son nuevas caras del cine latinoamericano, utilizan nombres de guerreros como: Rambo, Patagrande (interpretado por Moisés Arias), Pitufo, Lobo y Boom. La primera es la más inconforme por cada actividad en la que participa. Se desconoce también quiénes son los líderes, porque es parte de la ambigüedad que Landes tiene; a final de cuentas importa más el descontrol y las consecuencias de los actos que estos “niños” que desembocan en un hoyo sin fondo.
Netflix cancelará definitivamente las cuentas inactivasRambo es interpretado por una mujer: Sofía Buenaventura, actriz de 17 años que incluso fue reconocida con el premio a Mejor actriz en el Montclair Film Festival en Estados Unidos. Para darle vida a su personaje se rapó y dotó a su papel de una serie de matices que puede apreciarse en muchas tomas. Guardando proporciones e historias, algo como lo que hizo Shira Haas en Poco ortodoxa.
Monos es un viaje a la naturaleza literal y humana. Es todo aquello que difícilmente vemos en las noticias. Es una cara de Latinoamérica que pensamos que sólo existe en películas y la cámara de Landes construye en este paramo un verdadero infierno, con un estilo visual muy genuino y que convierte al cineasta en uno a seguir. La película es una gran experiencia cinematográfica, trágica, violenta y sumamente poética; postapocalíptico lleno de metáforas sociopolíticas, que vale la pena analizar y disfrutar más de una vez. Una gran elección para ver en Netflix a partir del 29 de mayo a la par de otra cinta festivalera popular: Ya no estoy aquí de Fernando Frías.