En los últimos años, películas que el público jamás pensó que tendrían una secuela están volviendo a la gran pantalla. En 2023, se estrenaron El exorcista: Creyentes y Pollitos en fuga: El origen de los nuggets, cuyas primeras partes llegaron décadas atrás. Este año, Michael Keaton y Winona Ryder regresarán para Beetlejuice Beetlejuice, mientras que Ridley Scott se estuvo preparando para dirigir la tan esperada segunda entrega de Gladiador.
Seguramente hay muchas estrellas por ahí que desearían volver a interpretar a algunos de sus personajes preferidos, así como les ocurrió a Tom Cruise en Top Gun: Maverick o Amy Adams en Desencantada de Disney. Aunque a quien definitivamente le encantaría volver a interpretar al mismo personaje en una segunda parte es a esta estrella británica.
Jason Statham es conocido principalmente por todos los éxitos de acción en los que ha aparecido. Desde El transportador hasta Rápidos y furiosos, Statham ha dado vida a máquinas de matar imparables, capaces de enfrentarse a decenas de tipos malos y salir ileso de una ráfaga de balas. Sin embargo, uno de sus mejores papeles no fue como el héroe de una película, sino con un papel secundario en una comedia de 2015.
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Con un presupuesto de 65 millones de dólares, Spy: Una espía despistada recaudó más de 230 millones, pero todavía no hay señales de una secuela, a pesar del increíble desempeño en taquillas. Además de Statham, Melisssa McCarthy también ha expresado su interés en repetidas ocasiones para hacer reír al público en una segunda parte. Mientras esto sucede, puedes disfrutar de Spy: Una espía despistada con tu suscripción a Star Plus.
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En Spy, Melissa McCarthy interpreta a Susan Cooper, una de las mejores agentes de la CIA. Sin embargo, ella se limita a ser simplemente el respaldo del elegante Bradley Fine (Jude Law), quien está en el campo de acción mientras Susan le observa a través del ocular y el auricular, siempre lista para advertirle de cualquier daño inminente.
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Pero un día, Fine se ve atrapado en medio de una misión, lo que resulta en que la identidad de otros agentes, incluido Rick Ford, se vea comprometida. Ahora la agencia necesita una espía desconocida como Susan para rastrear a Rayna Boyanov, la hija de un traficante de armas, que podría saber qué le pasó a Fine, así como la ubicación de una bomba nuclear real. ¿Podrá Susan cumplir con la misión?
